En el marco de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela (CRBV), la Ley Orgánica de Educación (LOE) y el Plan
Nacional Simón Bolívar (PNSB), la Unidad Estratégica de Gestión Educativa
Curricular de la Zona Educativa y la Secretaría Sectorial del Poder Popular
para la Educación (ZEA-SSPPEA), avanza en este año escolar 2010-2011, hacia la
consolidación de una estructura (plataforma) local, municipal y regional que
permita fortalecer el Programa Todas las manos a la siembra (PTMS) en todas las
instituciones educativas oficiales y privadas del Estado Aragua.
UEE María Teresa García
Sembrando Cultura Ecológica
martes, 3 de julio de 2012
Haciendo un poco de historia
Antes de la apertura
petrolera éramos un país con una economía basada en la agricultura, el
modelo económico que predominaba era el semi feudal con una fuerte presencia
del latifundio, donde se establecía una relación de sumisión, los dueños
de las tierras, latifundistas y terratenientes, llamados también los
grandes cacaos y, por otro lado, los y las que sólo poseían la fuerza de
trabajo, los campesinos pobres. Una de las modalidades de explotación era
la “medianía” donde los terratenientes ofrecían sus tierras en
calidad de préstamos o una especie de alquiler, para explotarlas con la
condición de obtener más de la mitad de la ganancia que ésta generaba. Este
tipo de relación generó una serie de luchas y batallas que van desde la guerra
federal, liderizada por Ezequiel Zamora, quien representaba a un sector de la
sociedad de ese entonces, integrada por agricultores o campesinos medios,
que luchaban contra la expoliación de los grandes terratenientes; hasta peleas por
las tierras más contemporáneas las cuales desembocaron en fórmulas
reformistas como las agrarias, hechas por los partidos AD y COPEI, quienes
la utilizaron bajo la estrategia de desarmar política y socialmente a
la guerrilla de los años 60, la cual enarbolaba como bandera de lucha, la
distribución justa de la tierra, reformas muchas veces utilizadas con
matiz politiquero y electoral pero que realmente no resolvía el problema de la
injusticia social con respecto a la propiedad de la tierra.
Cabe destacar que en nuestro desarrollo
económico-social no ha existido un modo de producción puro,
ya que los rezagos del modo de producción feudal se combinó con rasgos de
una economía tipo “comunidad primitiva” como la denominó Marx
(conucos, rosas, agricultura de subsistencia, etc.) y al mismo tiempo coexistían
con relaciones de producción capitalistas. De esta manera, los
antiguos terratenientes o sectores oligárquicos, fueron incorporando
tecnologías, introducen el salario por jornal, aspectos estos propios del modo
de producción capitalista. Con la aparición de la industria petrolera, penetran
los paquetes tecnológicos para mayor explotación de la tierra al servicio de la
agroindustria (monocultivos, agrotóxicos, mecanización, sistemas de riegos) por
supuesto, que quienes pueden adquirir estas maquinarias son los grandes
terratenientes y los(as) campesinos(as) pobres, al verse que no pueden
competir, terminan vendiendo sus pequeñas propiedades a terratenientes y pasan
a trabajar para él como jornalero o jornalera. Este tipo de relación fue
traída por la mal llamada revolución verde (finales de los 50 y
años 60 del siglo pasado, cuyo argumento era acabar con el hambre del mundo y
producir más desde la visión del monocultivo, fortaleciendo a la agroindustria,
desplazando así a la agricultura de subsistencia (con enfoques que mantenían el
equilibrio lo más parecido a lo natural).
Sin romper totalmente con las características de
los distintos modos de producción, progresivamente se acelera el abandono del
campo, el comercio pasa a ser más lucrativo al igual que la
exportación de materia prima. El campo es muy riesgoso, hay
inseguridad, falta de vialidad, tasa de ganancia muy baja, el ciclo de siembra
está sometido a eventualidades y es más largo el ciclo de retorno de capitales
por la siembra que por el comercio. Este último es más rápido
y se puede manipular más la inflación y el acaparamiento. Partiendo
de la razón fundamental del capital o como dice Meszaros su “metabolismo”, su
fin último es succionar trabajo excedente y convertirlo en ganancia. Esta es
una de las razones que permiten explicar por qué no hay inversión en el campo:
la tasa de ganancia en este sector es menor que en el comercio, en el negocio
inmobiliario o en la tasa de interés bancaria. Esta raíz
estructural de nuestra economía genera lo que se conoce como
“desproporción sectorial”: el comercio y servicios son inmensos, pero no
tiene correspondencia con el tamaño de la industria y la agricultura. La
burguesía de ese entonces hace mayores inversiones en el sector terciario
(comercio, servicios o exportación de materia prima), mientras que el y la
campesino(a) pobre emigra hacia las grandes ciudades en el eje
norte costero de nuestro país, en donde el “bum petrolero” favorece un
desarrollo distorsionado de dicho eje, caracterizado como economía de puerto.
Estas deformaciones sectoriales responden a la lógica de la acumulación
capitalista mundial donde los centros hegemónicos imponen relaciones
neocoloniales a los diversos países, incluido el nuestro, generando el
abandono del campo y la imposición de enclaves agroindustriales en algunas
regiones.
El régimen de producción capitalista guiado por la
búsqueda de la máxima ganancia, genera una
división del trabajo que no sólo se concreta en la fábrica sino entre países y
regiones del mundo. Estas determinaciones son conocidas como características
de la división internacional del trabajo, asociada al modelo de acumulación:
· Mayor
concentración y centralización de la propiedad en monopolios y en países
hegemónicos.
· Unos cuantos
países neocolonizados y dependientes se especializan en ser proveedores de
materia prima e importadores de manufacturas.
· Se genera una
relocalización industrial, donde en los países dependientes se ubican las
industrias contaminantes, los países imperialistas se
aprovechan de las llamadas ventajas comparativas (mano de obra barata, materias
primas abundantes, seguridad jurídica, estabilidad política, apertura
comercial, etc.).
Tales premisas, se materializaron en el modelo de
industrialización en Venezuela, bajo las orientaciones y visiones de las
trasnacionales y los grupos monopolistas, como economía dependiente de la renta
petrolera caracterizada por:
1. Concentración y
centralización de la propiedad (monopolio y oligopolio)
2. Anarquía del
mercado que conduce a las deformaciones y desproporciones sectoriales,
ocupación distorsionada del territorio.
3. Desarrollo de la
división social del trabajo que separa las actividades manuales de las
intelectuales y distancia la ciudad del campo.
4. Subutilización de
la capacidad instalada industrial, sobre diversificación de bienes y servicios,
consumo enajenado.
5. Aprovechamiento
por parte de las empresas trasnacionales de las ventajas comparativas: energía,
materia prima, mano de obra barata.
6. Producción
primario exportador: producción de materia prima y productos semi elaborados e
importación de manufacturas derivadas de dichos productos.
7. Control
tecnológico no sólo en equipos y maquinarias, sino en patentes y licencias.
8. Imposición de
precios y contrataciones fraudulentas
9. Alto nivel de
contaminación y acumulación de pasivos ambientales.
10. Atomización y
fragmentación de las ramas de actividad al no tener la perspectiva de redes
productivas y no planificar la producción. En general no se eslabona la
cadena: producción, transformación, distribución, consumo.
Estos 10 indicadores de nuestra economía condujo
durante décadas a la deformación estructural ya anteriormente señalada, que se
constata en la desproporción de los sectores económicos: sector primario
signado por la monoproducción con poco valor agregado, agricultura en ruinas,
sector de servicios y comercio hipertrofiado, es decir, un crecimiento que no
guarda proporción con la base agrícola-industrial, patrones de consumo
importados, inducidos por capas sociales de altos ingresos.
Cómo el modelo capitalista se concreta en nuestra agricultura
ü El modelo
capitalista en la agricultura, con el enfoque de la revolución verde, estimula
el monocultivo para la agroindustria. Con el
monocultivo sobre todo de cereales, maíz, arroz, sorgo, vienen los paquetes de
agrotóxicos y fertilizantes sintéticos, la mecanización de la tierra y la
sustitución del jornalero por el tractor, paralelamente, el deterioro de
los suelos, monopolio del agua, incremento de insectos plagas, que requerían
más fertilizantes, herbicidas y plaguicidas para poder controlar y producir
masivamente, según las exigencias del mercado. El hecho de tener petróleo, nos
da unas ventajas en cuanto al acceso de estos derivados sintéticos para la
agricultura.
ü El paquete de
medidas impuestas en los años 70 por el Banco Mundial y el BID con sus acuerdos
bilaterales, han desmantelado los aranceles y otros instrumentos que los países
tenían para proteger su producción agrícola local, los forzaron a abrir sus
mercados y tierras a los agronegocios mundiales, a los especuladores y a la
exportaciones de alimentos subsidiados provenientes de países ricos.
ü Como producto
de la crisis financiera en los centros capitalistas hegemónicos, los
capitales ociosos migraron hacia otras inversiones,
particularmente la de origen agrícola. Este giro hacia el negocio
de los alimentos, donde los carteles vinculados a este rubro, tienen el
monopolio de la producción, distribución y consumo, han contribuido a la actual
hambruna mundial encareciendo los precios y generando escasez.
ü Los grandes
carteles de los alimentos integrados por grandes empresas transnacionales
que producen agrotóxicos y semillas transgénicas, como la MONSANTO,
BAYER, DUPONT, SYNGENTA, BASF y DOW, son las grandes beneficiadas de la “crisis
alimentaria”, ya que han comprado las cosechas a “futuro” en todo el mundo y
controlan el conjunto de insumos agrícolas
ü El negocio de
matar de hambre ha hecho que estas grandes trasnacionales que dominan el 80% de
la producción de cereales hayan aumentado groseramente sus ganancias: para el
2007 Cargill aumentó sus ganancias en un 36%; ADM en un 66%, CONAGRA en un 30%,
Bunge en un 49%, Dreifus en un 77%, en el último trimestre del 2007 Monsanto
obtuvo un 44% más que en el 2006 y Dupont-Pioneer 19%
ü Como ya señalamos,
estas empresas ya han hecho compra de alimentos a futuros. Es decir, la
producción mundial de cereales, leguminosas y otros alimentos, estas empresas
las tienen aseguradas por la vía de la mercantilización.
ü El impacto
ecológico juega otro papel determinante en la crisis alimentaria, ya que a la
par de la especulación, está el deterioro ambiental, el agotamiento y
contaminación de los suelos, la emisión de gases invernaderos, lo que ha
conducido a cambios climáticos que han arruinado también la producción agrícola
en el mundo y han ocasionado las alteraciones y cambios que van desde
fuertes sequías, tsunamis, terremotos, inundaciones, desertificación de suelos,
estrés hídrico, escasez de agua, aumento de dióxido y monóxido de carbono
por la cantidad de hectáreas de bosques desaparecidos y el uso irracional de la
energía.
ü Existen 10
millones de personas en América Latina en peligro de pobreza extrema; 22
millones de países en riesgo de hambruna; 30 países con desequilibrios sociales
por falta de alimentos; 100 millones de pobres en riesgos (30 en África); 862
millones con problemas serios de desnutrición; 2000 millones directamente
afectados en el mundo. Tal cuadro que pone en entredicho la seguridad y
soberanía alimentaria de nuestros países y en especial el derecho a la
alimentación, ya estaba pronosticado por la FAO y la ONU.
ü El conjunto de
estas proyecciones tienden a agravarse en los próximos meses por la
combinación de la inflación-recesión que apenas comienza y sus implicaciones en
la producción de alimentos: restricción de siembras y cosechas, escasez
relativa y baja en los inventarios, altos precios y prácticas especulativas de
los carteles del agronegocio a través de la compra a futuro ya realizada en la
fase previa que denotó esta crisis. En EEUU, el grupo cerealero está cruzado
por el impacto de las anteriores determinaciones y en rubros como el maíz se
deja sentir el proceso recesivo, reducción de 27 millones de toneladas en
la producción, disminución de 14 millones de toneladas en los inventarios,
reducción de 15 millones de toneladas en exportaciones, a todo esto hay
que agregar que el imperio para asegurar su seguridad alimentaria está
reponiendo sus inventarios y garantizando las reservas estratégicas y
operativas, para lo cual ha adquirido la poca producción mundial. Tal
cuadro implica una verdadera amenaza para los países del sur, convertidos en
las últimas décadas en importadores netos de alimentos, porque aun cuando
pudiésemos tener divisas o poder comprar, no vamos a encontrar en el
mercado bienes agrícolas en cantidad, calidad y seguridad del suministro.
El modelo heredado y la Educación
Esta reseña
histórica es necesaria en estas orientaciones ya que el modelo de
sociedad tiene implicaciones en el modelo educativo. Debemos, como
maestros y maestras hacer reflexiones con pensamiento crítico con respecto a
que la educación no es neutra e históricamente ha respondido a intereses
para mantener la dominación de la mayoría.
Las insuficiencias
estructurales, propias del modo de producción expuesto, cuya génesis y
estructura está centrada en la acumulación de capitales y riquezas,
tienen un patrón de empleo, tecnológico y salarial, demanda un
perfil, el cual lo logra a través de la educación en la especialización
de las profesiones y esto no es más que expresión de la división social del
trabajo. Cada una de estas deformaciones, de un modelo pensado sólo en la
acumulación de riquezas apropiadas privadamente, se ha concretado y mantenido
porque existen múltiples factores que lo alimentan y sostienen, uno es
la educación, en donde se prepara la mano de obra y se construyen los valores y
principios que definen la lógica o el elemento subjetivo que nos hace pensar,
reproducir y actuar en función del modelo imperante.
De allí nuestra
afirmación de que el currículo no es un problema técnico, sino que en el qué y
cómo aprendemos, cuáles contenidos, cómo los estructuramos y presentamos, qué
metodologías empleamos, cuál didáctica proponemos, cómo evaluar y acreditar los
saberes, todo esto descansa en una determinada concepción del mundo, de la
sociedad y del desarrollo, tamizados por diversos intereses de control y
dominio o de liberación y emancipación.
El desarrollo curricular en la Educación Liberadora
Visualizamos el
currículo no como un modelo, sino como un desarrollo, en construcción
permanente y continua, en el cual bajo las premisas de aprender a
aprender, aprender haciendo y aprender en colectivo, se desarrollan
procesos y capacidades humanas y se adquieren habilidades y destrezas para
resolver problemas concretos con aprendizaje de conocimientos pertinentes.
En cuanto a los contenidos, ya no sólo se refieren a conceptos sino que
estos se articulan a procedimientos y prácticas, al mismo tiempo que se
vinculan con valores y actitudes. Estos contenidos deben vincularse al contexto
sociocultural, a los sujetos sociales y las problemáticas que se intentan
resolver, además de tomar en cuenta la diversidad étnica y la
interculturalidad, donde también juega un papel preponderante la vocación
productiva de dicho contexto.
Con respecto a las
problemáticas de escasez de alimento y la ambiental, en el desarrollo de la
agroecología como enfoque o paradigma, la escuela debe desarrollar proyectos
donde se concrete el hecho de producir bajo esta concepción y desarrollar
acciones para transformar el deterioro ambiental. Los Proyectos Educativos
Integrales Comunitarios PEIC al igual que los Proyectos de Aprendizaje deben
dirigirse a tal fin. Deben planificarse de manera que los contenidos que
se aborden en tanto en el aula como en todos los espacios escolares, permitan
el aprendizaje significativo de la agroecología y sus componentes.
En la actual etapa histórica en que vivimos se plantea revertir en su
totalidad toda la visión sobre currículo y desarrollo económico capitalista. Es
nuestro desafío como educadores y educadoras avanzar hacia el desarrollo
endógeno como un escenario propicio para impulsar la nueva escuela, la
educación necesaria. Desde allí, el Programa Todas las Manos a la
Siembra pasa a ocupar un papel preponderante como medio para revertir esa
realidad.
Sobre lo curricular nos planteamos dentro de las instituciones educativas
- Recuperar y reconstruir toda la historia
agrícola de nuestro país, de nuestros ancestros desde la visión
geohistórica, demarcándose de la concepción rentista, agroindustrial. La
pedagogía como eje de la construcción de esos saberes históricos.
- Reconocer y valorar nuestras raíces
campesinas, originarias y afrodescendientes como parte de nuestra
aragüeñidad y venezolanidad en general, así como también cómo los saberes
que de ellas se desprenden y que aun hoy se preservan de generación en
generación para hacerla práctica cotidiana en los espacios educativos y
comunitarios.
- Valorar las formas ancestrales de producción y
autosustentabilidad de la familia aragüeña y de otras regiones del país:
el conuco, los patios productivos, la cría de animales, la siembra de
frutales, la preservación de alimentos, las recetas familiares, la
preservación del agua, entre otras.
- Recuperar la soberanía cognitiva y
alimentaria a partir del desarrollo de contenidos y prácticas
pedagógicas cotidianas de la agroecología en los espacios escolares y
comunitarios como modo de fomentar y concretar la sustentabilidad de la
escuela, los estudiantes y las familias y de construir un nuevo paradigma
productivo-ecológico. “Un pueblo que es capaz de producir lo que
consume es un pueblo libre y soberano”.
- Develar la concepción curricular estandarizada
y “neutra”, acrítica que transita nuestros espacios escolares por una que
opte por el aprendizaje significativo, el aprender haciendo, teórica
práctica, ligado a lo socialmente útil.
“enseñen y tendrán quien sepa,
Eduquen y tendrán quien haga”.
Simón Rodríguez
- Reivindicar la cultura campesina,
autosustentable, de la cual el aparato educativo renegó y nos hizo negar
por ser “atrasada” “marginal”, negadora de los orígenes de nuestra
identidad como pueblo, allí encontramos la vergüenza étnica en frases como
“estudie para que sea alguien en la vida” “estudie para que no sea como
yo… un pescador” “…”para salir de abajo”, “quítate la cabeza de conuco que
llegó el progreso.” todo esto pone en evidencia esa separación perversa y
negadora de lo endógeno y de la fuerza de nuestra autodeterminación.
- Revertir la dependencia de la producción
agrícola a gran escala que nos impuso el modelo de desarrollo agroindustrial
por una producción, cercana a la gente, a los y las estudiantes, es desde
allí que todo espacio es óptimo para sembrar y producir alimentos o la
crianza apropiada de animales.
- Revertir la cultura excluyente, individualista
por una escuela colectiva, acompañante y preocupada por el bien común, lo
colectivo y lo comunal.
En este sentido, el PTMS plantea incidir en la cultura escolar generando
procesos de investigación, la siembra como práctica cotidiana y generadora de
aprendizajes pertinentes y ajustados a todas las áreas de conocimientos, por
tanto no debe verse como separado de lo curricular y la cultura en general.
Se plantea entre otros, que la siembra se convierta en eje integrador de todas las disciplinas y áreas de conocimientos, programas y proyectos integrales y de aprendizajes.Es decir, el PTMS es currículo (no es actividad complementaria, ni extracátedra, ni extracurricular)
Enmarcados dentro de la CRBV, del Plan nacional Simón Bolívar y la
LOE se aspira tener:
1. Una escuela que
produzca contenidos, principios y valores para una cultura de la siembra
y la autosustentabilidad de la comunidad escolar y social.
2. Una escuela que
desarrolle tanto en la teoría como en la práctica, el enfoque agroecológico y
que recupere su vocación productiva ancestral, campesina y sana, “agricultura
sana” desde esta concepción.
3. Una escuela que
genere aprendizajes pertinentes para la vida en sociedad desde el desarrollo
del PTMS.
4. Una escuela que forme
seres útiles y que puedan producir y solucionar sus problemas de sustento en
los ámbitos de la alimentación, artesanía, costumbres, salud, tecnología, entre
otras.
5. Un ciudadano y una
ciudadana que reivindiquen sus valores ancestrales y sus raíces étnicas
venezolanas, latinoamericanas y caribeñas.
6. Un ciudadano y una
ciudadana con una postura crítica ante el deterioro ambiental para que se
relacione de una manera respetuosa con el ambiente y preserve los recursos
naturales.
7. Una escuela del bien
común y del buen vivir, en función de los planes de desarrollo del país.
8. Una escuela que
acompañe a las comunidades y viceversa, en la concreción de la soberanía
alimentaria y en la construcción de una cultura ambiental sustentable.
9. Una escuela y una
comunidad integrada que promuevan y concreten el desarrollo agroecológico para
la preservación de los recursos naturales y la salud de sus habitantes.
En tal sentido la Unidad Estratégica de Gestión Educativa Curricular orienta
Se crean los y
las enlaces del PTMS en cada espacio educativo a través de los y las
coordinadores(as) de desarrollo endógeno, los y las cuales deberán tener
dentro de sus horarios el tiempo adecuado para realizar el trabajo curricular
inherente a sus responsabilidades. Los y las directivos deben apoyar y colaborar
con los y las enlaces para viabilizar el logro de los propósitos.
Aquellas
instituciones que no posean esta figura deberán nombrar su enlace de desarrollo
endógeno para tal fin. Habrán tantos enlaces como instituciones educativas existan
en el estado y deberán articularse con el o la coordinador(a) municipal del
PTMS.
Son responsabilidades del Enlace de Desarrollo Endógeno (EDE)
1. Cumplir y hacer cumplir la resolución N° 024 emanada del MPPE donde
se da obligatoriedad al PTMS y la circular N° 006 y 002 de la ZEA de los
EPDCUE.
2. Orientar el desarrollo curricular del PTMS dentro de las
instituciones.
3. Trabajar de manera articulada y en juntura con el enlace de redes de
la institución para acometer el trabajo curricular de los epdcue.
4. Acompañar y orientar los Proyectos de Aprendizajes (PA) y los PEIC de
todos los niveles y modalidades según sea el caso, para que se desarrollen
contenidos y prácticas vinculadas a la agroecología (Desarrollo predial
agroecológico, Manejo agroecológico del suelo, Cosecha y manejo agroecológico
del agua, Manejo agroecológico de las semillas y variedades locales,
policultivos, compostajes, manejo agroecológico de insectos, crianza apropiada
y tecnologías apropiables… y todos los procesos que de estos ejes temáticos se
desprenden o se relacionan)
5. Formar en las técnicas de la agroecología a toda la comunidad
escolar, comunidad, familias, consejos comunales bajo la estrategia de
punto y círculo, es decir el radio de acción comunitaria de
cada plantel y como una línea de integración comunitaria.
6. Garantizar el levantamiento e información de las potencialidades para
la siembra, la crianza, producción de semillas o bioinsumos, tanto en espacios
directos como alternativos según sea el caso.
7. Hacer seguimiento a los ciclos de siembra que se desarrollen en las
instituciones educativas.
8. Estimular y potenciar la organización comunitaria y escolar a través
de la conformación de brigadas por la soberanía alimentaria.
9 Coordinar la formación permanente de las brigadas por la soberanía
alimentaria.
10. Desarrollar los patios productivos aledaños a la institución, con
las brigadas, con el fin de prolongar el espacio de siembra hacia la comunidad.
11. Desarrollar los Espacios Permanentes para el Desarrollo Cultural
Endógeno (EPDCUE) una o más veces por semana (no menos), según ritmos y
desarrollos.
12. Acompañar y desarrollar de manera conjunta con la comunidad escolar,
EPDCUE asociados a: gastronomía campesina, siembra agroecológica, economía social,
tecnología apropiable, autoconstrucción, conservación de semillas, fabricación
de tanques y sistemas de riego, biodigestor, hornos solares, entre otros
que reivindiquen los valores comunitarios y del bien común.
13. Articularse e impulsar planes de siembra y redes de distribución
local, con los Consejos Comunales en el territorio.
14. Acompañar las brigadas por la soberanía alimentaria en la formación,
comunicación, organización y movilización.
15. Garantizar el enfoque agroecológico en las prácticas pedagógicas de
los actores del hecho educativo comunitario, la superación de la cultura
mercantilista por la del bien común y social.
16. Acompañar y consolidar la misión agrovenezuela en las instituciones
educativas.
17. Formar parte del colectivo de Formación e Investigación Permanente.
18. Participar en los encuentros, jornadas, actividades de evaluación,
seguimiento y orientación que la Zona Educativa y la Secretaría del Poder
Popular para la Educación planifiquen a través de la unidad curricular o de la
coordinación regional del Programa.
miércoles, 16 de mayo de 2012
Son responsabilidades del coordinador o la coordinadora municipal del PTMS
1. Acompañar a los y las enlaces de
desarrollo endógeno en el cumplimiento de sus funciones y responsabilidades.
2. Articular esfuerzos con las
instituciones del estado, municipales y locales para el cumplimiento de la
resolución N° 024 del MPPE y todo lo concerniente al desarrollo endógeno
sustentable en las instituciones.
3. Organizar planes de formación en los
aspectos técnicos agroecológicos del PTMS.
4. Impulsar y concretar la Misión
Agrovenezuela en los espacios educativos y comunitarios articulados a los
principios del PTMS.
5. Impulsar los EPDCUE una o más
veces por semana (no menos) en los ejes curriculares que se planifiquen para
tal fin.
6. Articularse al colectivo de Educación
Popular en el ámbito municipal o parroquial para informar los avances del
desarrollo curricular.
7. Asistir a las reuniones con la
coordinación regional del PTMS.
Esta nueva fase es fundamentalmente organizativa para lograr la
incorporación del 100% de nuestras instituciones educativas. Para ello, es
necesaria una estructura (plataforma) que permita avanzar tanto en el campo
como en la ciudad. El desarrollo Cultural Endógeno a través del desarrollo
curricular abre brecha en el camino fundamental hacia la construcción de
una sociedad de convivencia, de soberanía, de bien común y de integración que
permita salirle al paso a la crisis alimentaria y ambiental que apunta a la
destrucción de nuestra hermosa Tierra (hogar común de todos los seres humanos).
Es reto de maestros y maestras de todos los niveles y modalidades poner nuestro
histórico grano de arena para juntos y juntas construir un mundo mejor.
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