martes, 3 de julio de 2012

PROGRAMA TODAS LAS MANOS A LA SIEMBRA



En el marco de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), la Ley Orgánica de Educación (LOE) y el Plan Nacional Simón Bolívar (PNSB), la Unidad Estratégica de Gestión Educativa Curricular de la Zona Educativa y la Secretaría Sectorial del Poder Popular para la Educación (ZEA-SSPPEA), avanza en este año escolar 2010-2011, hacia la consolidación de una estructura (plataforma) local, municipal y regional que permita fortalecer el Programa Todas las manos a la siembra (PTMS) en todas las instituciones educativas oficiales y privadas del Estado Aragua.

Haciendo un poco de historia



     Antes de la apertura petrolera éramos un país con una economía basada en la  agricultura, el modelo económico que predominaba era el   semi feudal con una fuerte presencia  del latifundio, donde se establecía una relación de sumisión, los dueños de las tierras, latifundistas y terratenientes,  llamados también los grandes cacaos y, por otro lado, los y las que sólo poseían la fuerza de trabajo, los campesinos pobres. Una de las modalidades de explotación era la “medianía”  donde los terratenientes ofrecían sus tierras en calidad de préstamos o una especie de alquiler, para explotarlas con la condición de obtener más de la mitad de la ganancia que ésta generaba. Este tipo de relación generó una serie de luchas y batallas que van desde la guerra federal, liderizada por Ezequiel Zamora, quien representaba a un sector de la sociedad de ese entonces, integrada por agricultores o campesinos  medios, que luchaban contra la expoliación de los grandes terratenientes; hasta  peleas por las tierras  más contemporáneas las cuales desembocaron en fórmulas reformistas como las agrarias, hechas por los partidos AD y COPEI, quienes la utilizaron bajo la estrategia de desarmar política y socialmente  a  la guerrilla de los años 60, la cual enarbolaba como bandera de lucha, la distribución  justa de la tierra, reformas muchas veces utilizadas con matiz politiquero y electoral pero que realmente no resolvía el problema de la injusticia social con respecto a la propiedad de la tierra.
    
Cabe destacar que en nuestro desarrollo económico-social no  ha existido un modo de producción puro,   ya que los rezagos del modo de producción feudal se combinó con  rasgos de una economía tipo  “comunidad  primitiva” como la denominó Marx (conucos, rosas, agricultura de subsistencia, etc.) y al mismo tiempo coexistían con relaciones de  producción capitalistas. De esta manera, los antiguos terratenientes o sectores oligárquicos, fueron incorporando tecnologías, introducen el salario por jornal, aspectos estos propios del modo de producción capitalista. Con la aparición de la industria petrolera,  penetran los paquetes tecnológicos para mayor explotación de la tierra al servicio de la agroindustria (monocultivos, agrotóxicos, mecanización, sistemas de riegos) por supuesto, que quienes pueden adquirir estas maquinarias son los grandes terratenientes y los(as) campesinos(as) pobres, al verse que no pueden competir, terminan vendiendo sus pequeñas propiedades a terratenientes y pasan a  trabajar para él como jornalero o jornalera. Este tipo de relación fue traída  por  la mal llamada revolución verde (finales de los 50 y años 60 del siglo pasado, cuyo argumento era acabar con el hambre del mundo y producir más desde la visión del monocultivo, fortaleciendo a la agroindustria, desplazando así a la agricultura de subsistencia (con enfoques que mantenían el equilibrio lo más parecido a lo natural).
      
Sin romper totalmente con las características de los distintos modos de producción, progresivamente se acelera el abandono del campo, el comercio pasa a ser más  lucrativo al igual que la exportación   de materia prima. El campo es muy riesgoso, hay  inseguridad, falta de vialidad, tasa de ganancia muy baja, el ciclo de siembra está sometido a eventualidades y es más largo el ciclo de retorno de capitales por la siembra que por el   comercio. Este último es  más rápido y se puede manipular más la inflación y  el acaparamiento. Partiendo de la razón fundamental del capital o como dice Meszaros su “metabolismo”, su fin último es succionar trabajo excedente y convertirlo en ganancia. Esta es una de las razones que permiten explicar por qué no hay inversión en el campo: la tasa de ganancia en este sector es menor que en el comercio, en el negocio inmobiliario o en la tasa de interés bancaria. Esta raíz estructural de nuestra economía  genera lo que se conoce como  “desproporción sectorial”: el comercio y servicios son inmensos, pero no tiene correspondencia con el tamaño de la industria y la agricultura. La burguesía de ese entonces hace mayores  inversiones en el sector terciario (comercio, servicios o exportación de materia prima), mientras que el y la campesino(a) pobre emigra hacia  las grandes ciudades en  el eje norte costero  de nuestro país, en donde el “bum petrolero” favorece un desarrollo distorsionado de dicho eje, caracterizado como economía de puerto. Estas deformaciones sectoriales responden a la lógica de la acumulación capitalista mundial donde los centros hegemónicos imponen relaciones neocoloniales  a los diversos países, incluido el nuestro, generando el abandono del campo y la imposición de enclaves agroindustriales en algunas regiones.

El régimen de producción capitalista guiado por la búsqueda de la  máxima ganancia, genera una división del trabajo que no sólo se concreta en la fábrica sino entre países y regiones del mundo. Estas determinaciones  son conocidas  como características  de la división internacional del trabajo, asociada al modelo de acumulación:
·  Mayor concentración y centralización de la propiedad en monopolios y en países hegemónicos.
·         Unos cuantos países neocolonizados y dependientes se especializan en ser proveedores de materia prima e importadores de manufacturas.
·         Se genera una relocalización industrial, donde en los países dependientes se ubican las industrias contaminantes, los países imperialistas  se aprovechan de las llamadas ventajas comparativas (mano de obra barata, materias primas abundantes, seguridad jurídica, estabilidad política, apertura comercial, etc.).

Tales premisas, se materializaron en el modelo de industrialización en Venezuela, bajo las orientaciones y visiones de las trasnacionales y los grupos monopolistas, como economía dependiente de la renta petrolera caracterizada por:
1.    Concentración y centralización  de  la propiedad (monopolio y oligopolio)
2.    Anarquía del mercado que conduce a las deformaciones y desproporciones sectoriales, ocupación distorsionada del territorio.
3.    Desarrollo de la división social del trabajo que separa las actividades manuales de las intelectuales y distancia la ciudad del campo.
4.    Subutilización de la capacidad instalada industrial, sobre diversificación de bienes y servicios, consumo enajenado.
5.    Aprovechamiento por parte de las empresas trasnacionales de las ventajas comparativas: energía, materia prima, mano de obra barata.
6.    Producción primario exportador: producción de materia prima y productos semi elaborados e importación de manufacturas derivadas de dichos productos.
7.    Control tecnológico no sólo en equipos y maquinarias, sino en patentes y licencias.
8.    Imposición de precios y contrataciones fraudulentas
9.    Alto nivel de contaminación y acumulación de pasivos ambientales.
10.  Atomización y fragmentación de las ramas de actividad al no tener la perspectiva de redes productivas y no planificar la producción. En general no se eslabona la cadena: producción, transformación, distribución, consumo.
Estos 10 indicadores de nuestra economía condujo durante décadas a la deformación estructural ya anteriormente señalada, que se constata en la desproporción de los sectores económicos: sector primario signado por la monoproducción con poco valor agregado, agricultura en ruinas, sector de servicios y comercio hipertrofiado, es decir, un crecimiento que no guarda proporción con la base agrícola-industrial, patrones de consumo importados, inducidos por capas sociales de altos ingresos.

Cómo el modelo capitalista se concreta en nuestra agricultura



ü  El modelo capitalista en la agricultura, con el enfoque de la revolución verde, estimula el monocultivo para la agroindustria. Con el monocultivo sobre todo de cereales, maíz, arroz, sorgo, vienen los paquetes de agrotóxicos y fertilizantes sintéticos, la mecanización de la tierra y la sustitución  del jornalero por el tractor, paralelamente, el deterioro de los suelos, monopolio del agua, incremento de insectos plagas, que requerían más fertilizantes, herbicidas y plaguicidas para poder controlar y producir masivamente, según las exigencias del mercado. El hecho de tener petróleo, nos da unas ventajas en cuanto al acceso de estos derivados sintéticos para la agricultura.
ü  El paquete de medidas impuestas en los años 70 por el Banco Mundial y el BID con sus acuerdos bilaterales, han desmantelado los aranceles y otros instrumentos que los países tenían para proteger su producción agrícola local, los forzaron a abrir sus mercados y tierras a los agronegocios mundiales, a los especuladores y a la exportaciones de alimentos subsidiados provenientes de países ricos.
ü  Como producto de la crisis financiera  en los centros capitalistas hegemónicos, los capitales ociosos  migraron hacia otras   inversiones, particularmente la de origen agrícola. Este giro hacia el negocio de los alimentos, donde los carteles vinculados a este rubro, tienen el monopolio de la producción, distribución y consumo, han contribuido a la actual hambruna mundial  encareciendo los precios y generando escasez.
ü  Los grandes carteles de los alimentos integrados por grandes empresas transnacionales que  producen agrotóxicos y semillas transgénicas, como la MONSANTO, BAYER, DUPONT, SYNGENTA, BASF y DOW, son las grandes beneficiadas de la “crisis alimentaria”, ya que han comprado las cosechas a “futuro” en todo el mundo y controlan el conjunto de insumos  agrícolas
ü  El negocio de matar de hambre ha hecho que estas grandes trasnacionales que dominan el 80% de la producción de cereales hayan aumentado groseramente sus ganancias: para el 2007 Cargill aumentó sus ganancias en un 36%; ADM en un 66%, CONAGRA en un 30%, Bunge en un 49%, Dreifus en un 77%, en el último trimestre del 2007 Monsanto obtuvo un 44% más que en el 2006 y Dupont-Pioneer 19%
ü  Como ya señalamos, estas empresas  ya han hecho compra de alimentos a futuros. Es decir, la producción mundial de cereales, leguminosas y otros alimentos, estas empresas las tienen aseguradas por la vía de la mercantilización.
ü  El impacto ecológico juega otro papel determinante en la crisis alimentaria, ya que a la par de la especulación, está el deterioro ambiental, el agotamiento y contaminación  de los suelos, la emisión de gases invernaderos, lo que ha conducido a cambios climáticos que han arruinado también la producción agrícola en el mundo y han ocasionado las alteraciones y cambios  que van desde fuertes sequías, tsunamis, terremotos, inundaciones, desertificación de suelos, estrés hídrico, escasez de agua, aumento de dióxido y monóxido  de carbono por la cantidad de hectáreas de bosques desaparecidos y el uso irracional de la energía.
ü  Existen 10 millones de personas en América Latina en peligro de pobreza extrema; 22 millones de países en riesgo de hambruna; 30 países con desequilibrios sociales por falta de alimentos; 100 millones de pobres en riesgos (30 en África); 862 millones con problemas serios de desnutrición; 2000 millones directamente afectados en el mundo.  Tal cuadro que pone en entredicho la seguridad y soberanía alimentaria de nuestros países y en especial el derecho  a la alimentación, ya estaba pronosticado por la FAO y la ONU.
ü  El conjunto de estas proyecciones tienden  a agravarse en los próximos meses por la combinación de la inflación-recesión que apenas comienza y sus implicaciones en la producción de  alimentos: restricción de siembras y cosechas, escasez relativa y baja en los inventarios, altos precios y prácticas especulativas de los carteles del agronegocio a través de la compra a futuro ya realizada en la fase previa que denotó esta crisis. En EEUU, el grupo cerealero está cruzado por el impacto de las anteriores determinaciones y en rubros como el maíz se deja sentir el proceso recesivo, reducción de 27 millones de  toneladas en la producción, disminución de 14 millones de toneladas en los inventarios, reducción de 15 millones de toneladas en exportaciones,  a todo esto hay que agregar que el imperio para asegurar su seguridad alimentaria está reponiendo sus inventarios y garantizando las reservas estratégicas y operativas, para lo cual ha adquirido la poca producción mundial.  Tal cuadro implica una verdadera amenaza para los países del sur, convertidos en las últimas décadas en importadores netos de alimentos, porque aun cuando pudiésemos tener divisas o poder comprar,  no vamos a encontrar en el mercado bienes agrícolas en cantidad, calidad y seguridad del suministro.

El modelo heredado y la Educación



     Esta reseña histórica es necesaria en estas orientaciones ya que el modelo de sociedad tiene implicaciones en el modelo educativo. Debemos, como maestros y maestras hacer reflexiones con pensamiento crítico con respecto a que  la educación no es neutra e históricamente ha respondido a intereses para mantener la dominación de la mayoría.
Las insuficiencias estructurales, propias del modo de producción expuesto, cuya génesis y estructura está centrada en la acumulación de capitales y riquezas, tienen  un patrón de empleo, tecnológico y salarial, demanda un perfil,  el cual  lo logra  a través de la educación en la especialización de las profesiones y esto no es más que expresión de la división social del trabajo. Cada una de estas deformaciones, de un modelo pensado sólo en la acumulación de riquezas apropiadas privadamente, se ha concretado y mantenido porque existen múltiples factores que lo alimentan y sostienen, uno es la educación, en donde se prepara la mano de obra y se construyen los valores y principios que definen la lógica o el elemento subjetivo que nos hace pensar, reproducir y actuar en función del modelo imperante.

De allí nuestra afirmación de que el currículo no es un problema técnico, sino que en el qué y cómo aprendemos, cuáles contenidos, cómo los estructuramos y presentamos, qué metodologías empleamos, cuál didáctica proponemos, cómo evaluar y acreditar los saberes, todo esto descansa en una determinada concepción del mundo, de la sociedad y del desarrollo, tamizados por diversos intereses de control y dominio o de liberación y emancipación.

El desarrollo curricular en la Educación Liberadora



Visualizamos el currículo no como un modelo, sino como un desarrollo, en construcción permanente y continua, en el cual bajo las premisas de aprender a aprender, aprender haciendo y aprender en colectivose desarrollan procesos y capacidades humanas y se adquieren habilidades y destrezas para resolver problemas concretos con aprendizaje de conocimientos pertinentes. En cuanto  a los contenidos, ya no sólo se refieren a conceptos sino que estos se articulan  a procedimientos y prácticas, al mismo tiempo que se vinculan con valores y actitudes. Estos contenidos deben vincularse al contexto sociocultural, a los sujetos sociales y las problemáticas que se intentan resolver, además de tomar en cuenta la diversidad étnica y la interculturalidad, donde también juega un papel preponderante la vocación productiva de dicho contexto.

Con respecto a las problemáticas de escasez de alimento y la ambiental, en el desarrollo de la agroecología como enfoque o paradigma, la escuela debe desarrollar proyectos donde se concrete el hecho de producir bajo esta concepción y desarrollar acciones para transformar el deterioro ambiental. Los Proyectos Educativos Integrales Comunitarios PEIC al igual que los Proyectos de Aprendizaje deben dirigirse a tal fin.  Deben planificarse de manera que los contenidos que se aborden en tanto en el aula como en todos los espacios escolares, permitan el aprendizaje significativo de la agroecología  y sus componentes.

En la actual etapa histórica en que vivimos se plantea revertir en su totalidad toda la visión sobre currículo y desarrollo económico capitalista. Es nuestro desafío como educadores y educadoras avanzar hacia el desarrollo endógeno como un escenario propicio para impulsar la nueva escuela, la educación necesaria. Desde allí, el Programa Todas las Manos a la Siembra pasa a ocupar un papel preponderante como medio para revertir esa realidad.

Sobre lo curricular nos planteamos dentro de las instituciones educativas



  • Recuperar y reconstruir toda la historia agrícola de nuestro país, de nuestros ancestros desde la visión geohistórica, demarcándose de la concepción rentista, agroindustrial. La pedagogía como eje de la construcción de esos saberes históricos.
  • Reconocer y valorar nuestras raíces campesinas, originarias y afrodescendientes como parte de nuestra aragüeñidad y venezolanidad en general, así como también cómo los saberes que de ellas se desprenden y que aun hoy se preservan de generación en generación para hacerla práctica cotidiana en los espacios educativos y comunitarios.
  • Valorar las formas ancestrales de producción y autosustentabilidad de la familia aragüeña y de otras regiones del país: el conuco, los patios productivos, la cría de animales, la siembra de frutales, la preservación de alimentos, las recetas familiares, la preservación del agua, entre otras.
  •  Recuperar la soberanía cognitiva y alimentaria a partir del desarrollo de contenidos y  prácticas pedagógicas cotidianas de la agroecología en los espacios escolares y comunitarios como modo de fomentar y concretar la sustentabilidad de la escuela, los estudiantes y las familias y de construir un nuevo paradigma productivo-ecológico. “Un pueblo que es capaz de producir lo que consume es un pueblo libre y soberano”.
  • Develar la concepción curricular estandarizada y “neutra”, acrítica que transita nuestros espacios escolares por una que opte por el aprendizaje significativo, el aprender haciendo,  teórica práctica, ligado a lo socialmente útil.

 “enseñen y tendrán quien sepa, Eduquen y tendrán quien haga”.
Simón Rodríguez

  • Reivindicar la cultura campesina, autosustentable, de la cual el aparato educativo renegó y nos hizo negar por ser “atrasada” “marginal”, negadora de los orígenes de nuestra identidad como pueblo, allí encontramos la vergüenza étnica en frases como “estudie para que sea alguien en la vida” “estudie para que no sea como yo… un pescador” “…”para salir de abajo”, “quítate la cabeza de conuco que llegó el progreso.” todo esto pone en evidencia esa separación perversa y negadora de lo endógeno y de la fuerza de nuestra autodeterminación.
  • Revertir la dependencia de la producción agrícola a gran escala que nos impuso el modelo de desarrollo agroindustrial por una producción, cercana a la gente, a los y las estudiantes, es desde allí que todo espacio es óptimo para sembrar y producir alimentos o la crianza apropiada de animales.
  • Revertir la cultura excluyente, individualista por una escuela colectiva, acompañante y preocupada por el bien común, lo colectivo y lo  comunal.

En este sentido, el PTMS plantea incidir en la cultura escolar generando procesos de investigación, la siembra como práctica cotidiana y generadora de aprendizajes pertinentes y ajustados a todas las áreas de conocimientos, por tanto no debe verse como separado de lo curricular y la cultura en general.

Se plantea entre otros, que la siembra se convierta en eje integrador de todas las disciplinas y áreas de conocimientos, programas y proyectos integrales y de aprendizajes.Es decir, el PTMS es currículo (no es actividad complementaria, ni extracátedra, ni extracurricular)


Enmarcados dentro de la CRBV, del Plan nacional Simón Bolívar y  la LOE se aspira tener:
1.    Una escuela que  produzca contenidos, principios y valores para  una cultura de la siembra y  la autosustentabilidad de la comunidad escolar y social.
2.    Una escuela que desarrolle tanto en la teoría como en la práctica, el enfoque agroecológico y que recupere su vocación productiva ancestral, campesina y sana, “agricultura sana”  desde esta concepción.
3.    Una escuela que genere aprendizajes pertinentes para la vida en sociedad desde el desarrollo del PTMS.
4.    Una escuela que forme seres útiles y que puedan producir y solucionar sus problemas de sustento en los ámbitos de la alimentación, artesanía, costumbres, salud, tecnología, entre otras.
5.    Un ciudadano y una ciudadana que reivindiquen sus valores ancestrales y sus raíces étnicas venezolanas, latinoamericanas y caribeñas.
6.    Un ciudadano y una ciudadana con una postura crítica ante el deterioro ambiental para que se relacione de una manera respetuosa con el ambiente y preserve los recursos naturales.
7.    Una escuela del bien común y del buen vivir, en función de los planes de desarrollo del país.
8.    Una escuela que acompañe a las comunidades y viceversa, en la concreción de la soberanía alimentaria y en la construcción de una cultura ambiental sustentable.
9.    Una escuela y una comunidad integrada que promuevan y concreten el desarrollo agroecológico para la preservación de los recursos naturales y la salud de sus habitantes.

En tal sentido la Unidad Estratégica de Gestión Educativa Curricular orienta


        Se crean los y las  enlaces del PTMS en cada espacio educativo a través de los y las coordinadores(as) de desarrollo endógeno, los y las  cuales deberán tener dentro de sus horarios el tiempo adecuado para realizar el trabajo curricular inherente a sus responsabilidades. Los y las directivos deben apoyar y colaborar con los y las enlaces para viabilizar el logro de los propósitos.
         
        Aquellas instituciones que no posean esta figura deberán nombrar su enlace de desarrollo endógeno para tal fin. Habrán tantos enlaces como instituciones educativas existan en el estado y deberán articularse con el o la coordinador(a) municipal del PTMS.

Son responsabilidades del Enlace de Desarrollo Endógeno (EDE)



1. Cumplir y hacer cumplir la resolución N° 024 emanada del MPPE donde se da obligatoriedad al PTMS y la circular N° 006 y 002 de la ZEA de los EPDCUE.
2. Orientar el desarrollo curricular del PTMS dentro de las instituciones.
3. Trabajar de manera articulada y en juntura con el enlace de redes de la institución para acometer el trabajo curricular de los epdcue.
4. Acompañar y orientar los Proyectos de Aprendizajes (PA) y los PEIC de todos los niveles y modalidades según sea el caso, para que se desarrollen contenidos y prácticas  vinculadas a la agroecología (Desarrollo predial agroecológico, Manejo agroecológico del suelo, Cosecha y manejo agroecológico del agua, Manejo agroecológico de las semillas y variedades locales, policultivos, compostajes, manejo agroecológico de insectos, crianza apropiada y tecnologías apropiables… y todos los procesos que de estos ejes temáticos se desprenden o se relacionan)
5. Formar en las técnicas de la agroecología a toda la comunidad escolar, comunidad, familias, consejos comunales bajo la estrategia de punto y círculo, es decir el radio de acción comunitaria de cada plantel y como una línea de integración comunitaria.
6. Garantizar el levantamiento e información de las potencialidades para la siembra, la crianza, producción de semillas o bioinsumos, tanto en espacios directos como alternativos según sea el caso.
7. Hacer seguimiento a los ciclos de siembra que se desarrollen en las instituciones educativas.
8. Estimular y potenciar la organización comunitaria y escolar a través de la conformación de brigadas por la soberanía alimentaria.
9 Coordinar la formación permanente de las brigadas por la soberanía alimentaria.
10. Desarrollar los patios productivos aledaños a la institución, con las brigadas, con el fin de prolongar el espacio de siembra hacia la comunidad.
11. Desarrollar los Espacios Permanentes para el Desarrollo Cultural Endógeno (EPDCUE) una o más  veces por semana (no menos), según ritmos y desarrollos.
12. Acompañar y desarrollar de manera conjunta con la comunidad escolar, EPDCUE asociados a: gastronomía campesina, siembra agroecológica, economía social, tecnología apropiable, autoconstrucción, conservación de semillas, fabricación de tanques y sistemas de riego, biodigestor, hornos solares,  entre otros que reivindiquen los valores comunitarios y del bien común.
13. Articularse e impulsar planes de siembra y redes de distribución local, con los Consejos Comunales en el territorio.
14. Acompañar las brigadas por la soberanía alimentaria en la formación, comunicación, organización y movilización.
15. Garantizar el enfoque agroecológico en las prácticas pedagógicas de los actores del hecho educativo comunitario, la superación de la cultura mercantilista por la del bien común y social.
16. Acompañar y consolidar la misión agrovenezuela en las instituciones educativas.
17. Formar parte del colectivo de Formación e Investigación Permanente.
18. Participar en los encuentros, jornadas, actividades de evaluación, seguimiento y orientación que la Zona Educativa  y la Secretaría del Poder Popular para la Educación planifiquen a través de la unidad curricular o de la coordinación regional del Programa.